Me apasiona enseñar cómo el arte y la fe han dejado huella en nuestro patrimonio: desde la serenidad de una iglesia románica o la grandeza de una catedral gótica, hasta el silencio majestuoso del Monasterio de El Escorial.

También disfruto mostrando los pequeños rincones: las calles de piedra de Pedraza, los jardines de La Granja de San Ildefonso, o los atardeceres que envuelven las murallas de Ávila.

Trabajo con grupos pequeños, familias, empresas, agencias y grandes grupos, adaptando cada recorrido para que la experiencia sea cómoda, cercana y enriquecedora.

Me gusta que cada persona sienta que ha vivido algo único, que se lleve no solo fotografías, sino recuerdos y sensaciones.

Mi lema, “Guía con alma, alma de guía”, resume lo que soy y lo que hago.

Porque para mí, ser guía no es solo explicar un lugar, sino transmitir su espíritu, conectar con la gente y hacer que cada visita tenga sentido, emoción y alma.